Testimonio desde Granada, diciembre 2021.


Mi marido y yo nos casamos en noviembre del 2018, desde el primer momento estábamos abiertos a la vida. Iban pasando los meses y el deseado embarazo no llegaba y decidimos empezar a buscar las causas. Teníamos claro que no queríamos ninguna técnica de reproducción asistida.

Yo me hice una ecografía y un análisis de sangre en el segundo día de la regla (cuando me dijeron) y aparentemente todo estaba bien. Mi marido se hizo un seminograma, en los resultados salió que tenía baja movilidad, en la consulta médica, muy amables nos dijeron que con esos resultados el embarazo era muy muy difícil, pero que no teníamos por qué preocuparnos porque teníamos la posibilidad de realizar una inseminación artificial, nosotros les dijimos que no queríamos esa opción y que si había alguna forma de poder mejorar esos resultados. A mi marido le mandaron unos suplementos y le dijeron que no bebiera nada de alcohol, ningún tipo de bebida azucarada, cafeína, comiera muy sano y que en tres meses repetiríamos el seminograma.

Después de llevar a rajatabla las indicaciones, volvimos a repetir la prueba, esperando una mejoría y cual fue nuestra sorpresa que no mejoró, de hecho empeoró, y por si habíamos cambiado de opinión nos volvieron a decir que, aunque ya con esos resultados no se podía hacer una inseminación teníamos como última opción realizar una fecundación in vitro.

Después de esto, se nos vino todo abajo , la posibilidad de ser padres la veíamos imposible. En esta situación de angustia, surgió en mí la necesidad de encontrar respuestas. ¿Qué estaba pasando?, ¿por qué no nos sabían decir qué pasaba?, ¿por qué nadie se molestaba en buscar una respuesta a esos resultados?, fue entonces cuando caí, que hacía algunos años en un curso que hice de afectividad y sexualidad, nombraron algo con un nombre muy raro, donde buscaban las causas de la infertilidad en los matrimonios. Se me encendió ahí una luz e inmediatamente, aun siendo ya tarde le mandé un mensaje al que nos impartió el curso, diciéndole que cuándo podía hablar con él, esa misma noche pudimos hablar y ya le pregunté por aquello, me dijo que se trataba de la Naprotecnología, y que justo él tenía un familiar que había estado en napro y ya tenían 2 niños. Le dio mi contacto a su familiar y sobre la marcha pudimos hablar, resulta que ella también era monitora del modelo Creighton, nos contaron su testimonio y nos llenó de esperanza, todo ese malestar que teníamos desapareció, no del todo, pero sí en gran parte, al sentirnos comprendidos, escuchados y que existía un lugar donde se preocupaban por intentar llegar a un diagnóstico y poner tratamiento.


Nos facilitaron el contacto de Naprotec y hablamos con Venancio, quien a pesar de ser fin de semana y por la noche, nos atendió muy amablemente. También nos contó su testimonio, por lo que no nos sentíamos ya tan raros. ¿Por qué no intentarlo? Ya conocíamos dos familias que habían pasado por la esterilidad y ahora eran padres.

Nuestro caso lo llevó Myriam, la monitora que nos había dado su testimonio en la primera llamada y la Dra. Marcos. Tras registrar 3 ciclos, tuvimos nuestra primera cita con la doctora en febrero de 2020, pudimos ver que mis ciclos no eran “normales” como siempre me habían dicho, me mandó varias pruebas y análisis y fue recetando y ajustando la medicación según iba viendo los resultados de las pruebas y las gráficas de los ciclos.

Finalmente yo tenía los niveles de progesterona bajos, y la fase post pico tenía una duración muy corta, conseguimos mejorar bastante mi gráfica. Mi marido resultó tener un varicocele, la causa por lo que sus seminogramas salían mal, le hicieron una pequeña intervención ambulatoria para quitárselo, y el propio médico nos dijo al operarle que en tres meses le daríamos la noticia del embarazo. Y así fue, en enero de este año me quedé embarazada de nuestra hija que nació en septiembre, durante el embarazo seguimos con la Napro, para vigilar que todos los niveles hormonales estuvieran bien y aunque los médicos no le veían sentido a que por ejemplo siguiera tomando progesterona durante gran parte del embarazo, yo seguí con las indicaciones de nuestra doctora, gracias a Dios, he tenido un embarazo, parto y postparto buenísimos. Y aquí estamos disfrutando y valorando cada segundo del milagro de la Vida. Agradecidos a Dios, por haberlo hecho posible gracias a la Naprotecnología.